viernes, 7 de mayo de 2021

Las cuatro y diez

 


Igual que Garcinuño (Amanece que no es poco. José Luis Cuerda) le dijo al agricultor: "Ponte algo de Góngora, que hoy tengo el cuerpo de Góngora" a mi me ha pasado que hoy tengo el cuerpo de Luis Eduardo Aute, al que ya le dedicamos en mayo de 2010 una entrada con Al Alba 

Uno, que siempre ha sido muy de Don Luis Eduardo y habiéndose cumplido hace poco un año de su fallecimiento, me he puesto a revisar alguno de sus grandes temas para ver cual compartía hoy con todos vostros, canciones como Sin tu latido, Pasaba por aquí, De alguna manera, Una de dos, Quiéreme, No te desnudes todavía, Siento que te estoy perdiendo, Dos o tres segundo de ternura, Mira que eres canalla, Cine Cine, Queda la música, De paso.... 

La lista es tan larga que podría perderme en ella, pero hay una canción, que por sencilla me parece tan preciosa, que siempre que la he escuchado en su aterciopelada voz me ha puesto los pelos de punta.

Así que os dejo con, para mí, su mejor canción: Las cuatro y diez, naturalmente en su voz y en la de algunos otros artistas que también la han cantado.


Fue en ese cine, ¿te acuerdas?

en una mañana al este de Edén,

James Dean tiraba piedras

a una casa blanca, entonces te besé.

Aquélla fue la primera vez

tus labios parecían de papel,

y a la salida en la puerta

nos pidió un triste inspector nuestros carnets.

Luego volví a la academia

para no faltar a clase de francés,

tú me esperaste hora y media

en esta misma mesa, yo me retrasé.

¿Quieres helado de fresa

o prefieres que te pida ya el café?.

Cuéntame como te encuentras,

aunque sé que me responderás: muy bien.

Ten, esta foto es muy fea

el más pequeño acababa de nacer.

Oiga, me trae la cuenta,

calla, que fui yo quien te invitó a comer.

No te demores, no sea

que no llegues a la hora al almacén;

llámame el día que puedas,

date prisa que ya son las cuatro y diez.









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